El cáncer de esófago es una de las neoplasias digestivas más agresivas. Para muchos pacientes, la enfermedad se diagnostica en etapas avanzadas, cuando ya existen metástasis a distancia, lo que condiciona un pronóstico limitado y la necesidad de un manejo sistémico. Los dos tipos principales —carcinoma epidermoide y adenocarcinoma— comparten patrones de diseminación similares, aunque con particularidades según la biología y el sitio tumoral.
Sitios más frecuentes de metástasis
La diseminación hematógena del cáncer de esófago suele involucrar:
- Hígado: es el sitio metastásico más común. El compromiso hepático produce alteración de pruebas de función hepática, ictericia en etapas avanzadas y síntomas inespecíficos.
- Pulmón: segundo sitio en frecuencia; se manifiesta como nódulos pulmonares, tos o disnea.
- Hueso: especialmente en columna y pelvis; causa dolor, fracturas y riesgo de compresión medular.
- Cerebro: menos frecuente, pero más común en adenocarcinoma distante y en pacientes con larga supervivencia bajo terapias modernas.
Las metástasis ganglionares no regionales también se consideran enfermedad a distancia según la clasificación TNM.
Una enfermedad con alta agresividad biológica
La biología del cáncer esofágico favorece la rápida diseminación debido a su:
- rica red linfática,
- proximidad a estructuras vitales,
- tendencia a invasión transmural temprana.
Por ello, incluso tumores aparentemente localizados pueden presentar micrometástasis subclínicas.
Tratamiento de la enfermedad metastásica
El manejo depende del subtipo histológico y del perfil molecular:
1. Adenocarcinoma
- Combinaciones de quimioterapia basadas en platinos y fluoropirimidinas son el estándar inicial.
- La incorporación de inmunoterapia (nivolumab o pembrolizumab) ha mejorado la supervivencia en tumores PD-L1 positivos.
- La determinación de HER2 es esencial: en casos positivos se añade trastuzumab o incluso conjugados anticuerpo-fármaco en líneas subsecuentes.
2. Carcinoma epidermoide
- Responde mejor a quimioterapia basada en platinos + taxanos.
- La inmunoterapia también ha demostrado beneficio, especialmente en tumores con PD-L1 elevado.
3. Opciones locales en enfermedad metastásica seleccionada
Aunque el cáncer de esófago metastásico se trata principalmente con enfoque sistémico, algunos pacientes pueden beneficiarse de terapias locales:
- Radioterapia para control de dolor, metástasis óseas o síntomas esofágicos.
- Resección o radiocirugía para metástasis cerebrales aisladas.
- Quimiorradiación paliativa para disfagia o sangrado.
La cirugía rara vez está indicada en enfermedad metastásica, salvo en casos altamente seleccionados de enfermedad oligometastásica.
Pronóstico y enfoque integral
La presencia de metástasis a distancia se asocia a una supervivencia media limitada, aunque ha mejorado gracias a la inmunoterapia y a la selección molecular. El manejo requiere un equipo multidisciplinario que incluya oncología médica, cirugía, gastroenterología, radioterapia, nutrición y cuidados paliativos, dado el impacto severo de esta enfermedad en el estado funcional y nutricional del paciente.
Bibliografía recomendada
- Ajani JA, et al. Esophageal and Esophagogastric Junction Cancers: NCCN Clinical Practice Guidelines.
- Lordick F, et al. ESMO Clinical Practice Guidelines for diagnosis, treatment and follow-up of esophageal cancer. Ann Oncol.
- Kato K, et al. Nivolumab in advanced esophageal squamous-cell carcinoma. N Engl J Med.
- Bang YJ, et al. Trastuzumab for HER2-positive advanced gastric or gastro-oesophageal junction cancer. Lancet.
- UpToDate. Overview of metastatic esophageal cancer (acceso actual).
