El cáncer de páncreas, especialmente el adenocarcinoma ductal pancreático, es una de las neoplasias más agresivas del tracto digestivo. Su evolución clínica está marcada por un inicio silencioso, diagnóstico tardío y una tendencia temprana a la invasión local y a la metastatización. Esto explica por qué, a pesar de los avances diagnósticos y terapéuticos, sigue siendo una de las principales causas de mortalidad por cáncer en el mundo.
Inicio insidioso y síntomas inespecíficos
La enfermedad suele comenzar sin síntomas claros. Los signos iniciales, cuando aparecen, pueden confundirse con padecimientos benignos como gastritis, colelitiasis o síndrome de intestino irritable. Entre los síntomas iniciales más frecuentes se encuentran:
- Dolor abdominal sordo irradiado a la espalda
- Pérdida de peso involuntaria
- Anorexia y fatiga
- Náuseas o sensación de plenitud postprandial
En tumores de la cabeza pancreática, la ictericia obstructiva suele ser la primera manifestación clínica evidente, acompañada de coluria y acolia.
Progresión local agresiva
El cáncer de páncreas posee una biología altamente infiltrante. Conforme avanza, invade estructuras vecinas:
- Conducto biliar común, generando ictericia progresiva
- Duodeno, causando obstrucción intestinal
- Plexo celíaco y mesentérico, detonando dolor intenso y difícil control
- Vasos mayores (arteria mesentérica superior y tronco celíaco), lo cual limita la posibilidad de resección quirúrgica
Esta agresividad local es una de las razones por las que solo un 15–20 % de los pacientes son candidatos a cirugía en el momento del diagnóstico.
Diseminación metastásica temprana
Otra característica clave es su alta propensión a la diseminación hematógena y linfática. Los sitios metastásicos más comunes son:
- Hígado
- Peritoneo
- Pulmón
- Ganglios retroperitoneales
La presencia de enfermedad metastásica generalmente marca una evolución rápida, con síntomas como ascitis, dolor abdominal severo, ictericia avanzada y deterioro funcional.
Evolución avanzada y estado cexético
A medida que progresa, los pacientes presentan:
- Caquexia tumoral, resultado de inflamación sistémica y malabsorción
- Trombosis venosa, especialmente en la porta o mesentérica (un hallazgo frecuente)
- Diabetes de reciente inicio, como manifestación paraneoplásica
- Dolor intenso que requiere manejo con opioides o bloqueo del plexo celíaco
Sin tratamiento, la evolución suele ser rápida. Con terapias sistémicas modernas (FOLFIRINOX, gemcitabina/nab-paclitaxel), el control de la enfermedad puede prolongarse, pero la supervivencia global aún es limitada.
Importancia del diagnóstico temprano
Aunque hoy no existe un método de tamizaje eficaz para la población general, sí se recomienda vigilancia estricta en:
- Pacientes con síndromes hereditarios (BRCA1/2, CDKN2A, Lynch, Peutz-Jeghers)
- Quienes tienen historia familiar fuerte de cáncer pancreático
- Individuos con diabetes de nueva aparición sin causa aparente
La tendencia actual es combinar resonancia magnética, endosonografía y análisis moleculares en grupos de alto riesgo.
Conclusión
El cáncer de páncreas se caracteriza por una evolución clínica silenciosa, agresiva y difícil de detectar tempranamente. Su manejo requiere un enfoque multidisciplinario que combine cirugía (cuando es posible), quimioterapia, manejo paliativo avanzado y soporte nutricional. La investigación en terapias dirigidas e inmunoterapia abre nuevas posibilidades, aunque aún en fases iniciales.
Bibliografía recomendada
- Siegel RL, Miller KD, Jemal A. Cancer statistics. CA Cancer J Clin.
- Rahib L, et al. Projected cancer incidence and mortality in the United States. Cancer Res.
- Conroy T, et al. FOLFIRINOX versus gemcitabine for metastatic pancreatic cancer. N Engl J Med.
