El cáncer de recto es un tipo de tumor localizado en los últimos centímetros del intestino grueso. Aunque comparte características con el cáncer de colon, su manejo es distinto porque la cercanía con el esfínter anal y los órganos de la pelvis hace que el tratamiento requiera un enfoque multidisciplinario.
Los síntomas más frecuentes incluyen sangrado rectal, cambios en el hábito intestinal, dolor pélvico o sensación de evacuación incompleta. Sin embargo, en etapas iniciales puede no presentar molestias, por lo que los estudios de tamizaje, como la colonoscopia, son fundamentales.
El tratamiento combina, según el caso, cirugía, quimioterapia y radioterapia, con el objetivo de curar la enfermedad y preservar la calidad de vida del paciente. Gracias a los avances actuales, es posible realizar cirugías que conservan el esfínter anal en muchos casos, evitando la necesidad de colostomía permanente.
La prevención y la detección temprana siguen siendo clave: mantener hábitos saludables, no ignorar síntomas de alarma y acudir periódicamente al médico permiten un diagnóstico más oportuno y mejores resultados.