El cáncer de ovario resistente a platinos representa un desafío clínico importante, ya que se caracteriza por la falta de respuesta a quimioterapia basada en compuestos de platino, generalmente definida como progresión de la enfermedad durante el tratamiento con platino o dentro de los seis meses posteriores a su finalización. Este subtipo suele presentar un pronóstico más desfavorable y opciones terapéuticas limitadas.
Entre los factores que contribuyen a la resistencia se incluyen alteraciones moleculares en la reparación del ADN, cambios en la vía apoptótica, expresión de bombas de eflujo de fármacos y heterogeneidad tumoral. El manejo de estos pacientes requiere un enfoque individualizado, considerando terapias alternativas como agentes no platínicos (taxanos, doxorrubicina liposomal, gemcitabina), inhibidores de PARP en casos seleccionados, terapias antiangiogénicas y la participación en ensayos clínicos que exploren nuevas estrategias.
La identificación temprana de la resistencia y la vigilancia cercana de la respuesta al tratamiento son fundamentales para optimizar el manejo y mantener la calidad de vida de las pacientes. En resumen, el cáncer de ovario resistente a platinos subraya la necesidad de enfoques multidisciplinarios y terapias personalizadas basadas en el perfil molecular del tumor.